Los sacerdotes en general, están entre los miembros más felices de la sociedad, declara monseñor Stephen Rossetti, y contrariamente a la opinión laicista, muchos consideran el celibato como un aspecto positivo en sus vocaciones.
Estas son algunas de las conclusiones destacadas por monseñor Rossetti en su libro, “¿Por qué los sacerdotes son felices?” (Ave Maria Press), que saldrá a la venta el próximo miércoles.
El autor, que actualmente desempeña el cargo de decano asociado en el seminario y los programas ministeriales de la Universidad Católica de América, también ha escrito “Nacimiento de la Eucaristía”, “La alegría del Sacerdocio”, y “Cuando el león ruge”. Como psicólogo licenciado, monseñor Rossetti trabajó previamente como presidente y CEO del Instituto Saint Luke, un centro de tratamiento y educación para el clero y los religiosos.
El autor encuestó a 2.500 sacerdotes y llegó a conclusiones que la sociedad moderna encontraría sorprendentes.
En esta entrevista con Zenit, explicó algunos de estos descubrimientos, incluyendo la relación entre la felicidad de un sacerdote y su relación con Dios y con los demás, y los signos de esperanza para el futuro del sacerdocio.
- Su investigación muestra una conclusión que el público encontraría sorprendente: Los sacerdotes están entre las personas más felices del mundo. ¿Por qué no oímos hablar de esta felicidad más a menudo?
Monseñor Rossetti: Ha habido un cierto número de estudios en Estados Unidos en los últimos años cuyas conclusiones eran exactamente las mismas: Casi el 90% de los sacerdotes encuestados eran felices. En mi estudio, el 92'4%.
En una investigación parecida, cuando el National Opinion Center llevó a cabo su encuesta científica a unos 27.000 americanos, resultó que los sacerdotes en general estaban más satisfechos y eran más felices que el resto de americanos. Esto es especialmente destacable ya que más del 50% de los americanos se declararon infelices con sus trabajos.
Sin embargo este constante y asombroso hallazgo de la felicidad en los sacerdotes sigue siendo un secreto. ¿Por qué? Antes que nada, porque las buenas noticias no son noticia. Las tragedias y los escándalos llenan las portadas pero los rostros de los muchos sacerdotes felices no lo hacen.
En segundo lugar, aunque de igual importancia, la secularización de nuestra cultura engendra una especie de negativismo hacia la religión organizada. Existe la creencia secular en la actualidad de que practicar la fe debe ser algo restrictivo y triste.
Algunos pensadores modernos sugieren que la única manera de encontrar la felicidad humana es liberarse de las imposiciones de la religión. Consideran la religión como algo restrictivo para la verdadera libertad y humanidad de la persona. Por tanto, usando la lógica ser un sacerdote debe ser la cosa más triste del mundo.
De esta manera, escuchar que los sacerdotes están entre las personas más felices del país es increíble. El hecho de la felicidad clerical es un desafío poderoso y fundamental para la concepción secular moderna.
Pero para nosotros los cristianos, esto sólo confirma las verdades de nuestra fe. Jesús rezaba “Que mi alegría esté en vosotros, para que vuestra alegría sea completa”. La alegría es uno de los frutos inconfundibles del Espíritu Santo.
Ser un cristiano verdadero y completo es conocer el don de Dios de la alegría. El pensamiento laico busca esta alegría pero lo hace en lugares equivocados.
Lo único que tiene sentido es que estos hombres, que han dedicado sus vidas al servicio de Dios y al de los demás en la fe católica como sacerdotes, han sido completados lenta y suavemente por Dios con una felicidad y alegría interiores.
Jesús nos prometió esta alegría y es una verdad demostrable.
- ¿Cuáles son los factores clave que contribuyen a la felicidad de un sacerdote?
Monseñor Rossetti: Tuve que realizar una ecuación de regresión múltiple para encontrar las variables más importantes que contribuyen a la felicidad sacerdotal. La primera y más potente fue la variable de la “paz interior”.
Los que transmitían una imagen positiva y una sensación de paz interior fueron los más felices entre los sacerdotes.
Pensándolo bien, esto tiene mucho sentido. El factor más importante de la felicidad de la persona es lo que ellos aportan a sus trabajos y a sus vidas. Si nos sentimos bien dentro, probablemente nos sentiremos felices con lo que nos rodea.
Este también es un desafío para todos nosotros: Si somos infelices con nuestras vidas, quizás el sitio donde comenzar no es la crítica de lo que hay fuera sino que hay que dirigir nuestra mirada al interior.
Curiosamente mi investigación demostró que el predictor más potente de la paz interior es la relación personal con Dios. La correlación resultó una gran r=.55, que es una correlación muy fuerte en una investigación en ciencias sociales.
Así que ¿de dónde viene la paz interior? Cuando uno tiene una sólida relación con Dios, tiene mucha paz interior. Jesús nos prometió este regalo. Él dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy”.
Fue muy emocionante para mí ver las verdades del Evangelio dispuestas ante mis ojos en forma de estadísticas. Sólo encontramos la paz verdadera y duradera en Dios.
Y por supuesto, también la relación personal con Dios fue fuertemente predictiva de la felicidad. De nuevo una correlación importante (r=.53).
Así que vemos como nuestra vida espiritual es un poderoso contribuyente para la paz interior y la felicidad personal.
Si hay demasiada violencia y amargura en nuestro mundo actual ¿de dónde viene?
Mis conclusiones sugieren que nunca encontraremos la paz interior y la alegría que estamos buscando hasta que tengamos una relación personal con Dios. La mayoría de nuestros sacerdotes han encontrado este tipo de relación y son hombres felices por esta razón.
- ¿Podría decirnos algo sobre el papel de las relaciones interpersonales, con la familia, los amigos, los feligreses, en la felicidad de un sacerdote?
Monseñor Rossetti: Hay varios descubrimientos sorprendentes en la investigación, que reflexionándolo un poco, tienen mucho sentido.
Por ejemplo, realicé otra ecuación de regresión múltiple y pregunté cuál era el predictor más fuerte en una relación con Dios, es decir, qué variable parecía contribuir más a una relación positiva con Dios. La respuesta fue clara: tener amigos cercanos (la correlación fue de r=.46)
Desarrollar una relación sana con los demás nos ayuda a conectar con Dios.
Muchas veces el mismo Jesús habló del amor de Dios y del amor al prójimo como dos caras de la misma moneda. O, como nos dicen las Escrituras, “El que no ama al hermano al que ve no puede amar a Dios al que no ve”.
Los resultados estadísticos confirman esta enseñanza del Evangelio: Para amar al prójimo y construir una relación caritativa con los amigos, la familia y los más allegados necesitamos amar a Dios y viceversa. Todo esto es importante para ser feliz.
El aislamiento provoca infelicidad. Estamos hechos para relacionarnos con los demás.
Las buenas noticias son que la amplia mayoría de los sacerdotes encuestados, más del 90%, tienen amistades sólidas con otros sacerdotes y con laicos. Una de las grandes alegrías y apoyos para la vida de un sacerdote es su conexión con los demás. El concepto laicista de que los sacerdotes son personas solitarias y aisladas sencillamente no es verdad.
Sin duda, la felicidad sacerdotal ha aumentado en los últimos años y es probable que aumente aún más. En mi investigación sólo el 3'1% de los sacerdotes pensaban dejar el sacerdocio. Dada la enorme presión que sufre el sacerdocio en la actualidad y los muchos desafíos reales a los que se enfrentan estos hombres, esto es muy importante.
- ¿Y el celibato? ¿Cómo está relacionado con la felicidad de un sacerdote?
Monseñor Rossetti: Esto también fue un descubrimiento interesante. Los sacerdotes que han sido llamados por Dios a vivir una vida célibe y que experimentan el celibato como una gracia personal, a pesar de las dificultades, parecen ser hombres felices. La correlación entre esta visión positiva del celibato y la felicidad sacerdotal fue r=.47.
La buena noticia es que más del 75% de los sacerdotes consideran el celibato como una parte positiva de sus vidas.
Se prevé que este porcentaje aumente en el futuro, ya que son los sacerdotes jóvenes quienes defienden con más energía el mandato del celibato.
Así que contrariamente a la mentalidad laicista, el apoyo al celibato sacerdotal aumentará en el futuro en los sacerdotes de los Estados Unidos. Está desapareciendo este tema “candente” entre los sacerdotes de estados Unidos.
Pero éste es el desafío. Una cosa es aceptar el celibato como una parte necesaria de la vida del sacerdote, pero requiere un profundo nivel de espiritualidad experimentar el celibato como un don de Dios y una gracia personal. Requiere una profundidad de vida muy concreta.
Como afirmo y reflexiono en los resultados del estudio, me siento muy inspirado por el compromiso y la vitalidad espiritual de la vida de estos sacerdotes.
Esta es la verdadera realidad que subyace en las conclusiones del estudio: nuestros sacerdotes son hombres santos y felices.
Fuente: Agencia Zenit, servicio del 6 de octubre de 2011. Traducción del inglés por Carmen Álvarez.